Sierra do Caurel
Sierra del Caurel
La Sierra del Caurel, también conocida como Serra do Courel en gallego, representa un destacado enclave montañoso ubicado en el sureste de la provincia de Lugo, dentro de la comunidad autónoma de Galicia. Su extensión abarca aproximadamente 21.020 hectáreas y se distribuye principalmente en los municipios de la Comarca del Caurel, entre los que destacan Folgoso do Courel, Quiroga y Pedrafita do Cebreiro.
Con una topografía que oscila entre los 400-500 metros sobre el nivel del mar en el valle del río Lor y picos que alcanzan altitudes superiores a los 1600 metros, como Montouto, Formigueiros (1643 m) o el pico de Pía Páxaro (1610 m), la Sierra del Caurel presenta una diversidad de ecosistemas que la convierten en la reserva botánica más relevante de Galicia. Los valles formados por el río Lor y sus afluentes albergan una rica variedad de flora, siendo la Devesa da Rogueira su mayor tesoro natural.
Este bosque autóctono es hogar de numerosas especies vegetales propias de Galicia, entre las que destacan los castaños, acebos, hayas, tejos, robles, abedules y orquídeas salvajes. Además, la región exhibe una interesante combinación de especies más vinculadas al clima mediterráneo, como encinas, alcornoques e incluso olivos, algunas de las cuales también se encuentran en la Devesa da Rogueira.
En cuanto a la fauna, la Sierra del Caurel se considera un área secundaria de la fauna cantábrica. A pesar de la desaparición durante el siglo XX de especies emblemáticas como el lobo y el oso, aún se registran visitas esporádicas de estas especies a la comarca. Se llevan a cabo intentos de reintroducción de aves típicas del área cantábrica, con resultados variables. En lo que respecta a la fauna acuática, la calidad de las aguas de la región permite la cría de trucha blanca.
La geografía de la Sierra del Caurel está estrechamente ligada a su historia. Por ejemplo, el pico de Pía Paxaro recibe su nombre por el hallazgo en su cima de un águila metálica de la época imperial romana. Aunque los vestigios arqueológicos son escasos debido a su ubicación apartada de las principales rutas comerciales romanas, se han documentado antiguas explotaciones auríferas y se conservan elementos etnológicamente relevantes, como las pallozas. Asimismo, aún quedan algunos antiguos puentes de madera que cruzan los ríos y que deberían ser restaurados para su preservación.